RIELEROS VUELVE A NAUFRAGAR.

En una noche donde el beisbol volvió a ser lo de menos, la novena local sumó una nueva derrota, esta vez 13-9 ante Dorados de Chihuahua, quienes no solo dominaron en el diamante, sino que con ello aseguraron la serie. El parque Alberto Romo Chávez volvió a lucir con amplios vacíos en sus tribunas, un testimonio silencioso del desencanto generalizado. La gente no está respondiendo, y no es culpa de la afición.

En el terreno de juego, Rieleros repitió el guion del descalabro. Desde la primera entrada, Dorados se fue al frente con tres carreras, cortesía de un descontrolado Noha Bremer, quien regaló tres bases por bolas consecutivas. El abridor nunca encontró el ritmo, y aunque Rieleros logró dar la vuelta momentáneamente en la tercera entrada, la ilusión duró poco.

Dorados respondió con un racimo de siete carreras en la cuarta entrada, con cuadrangulares espalda con espalda de Jesse Castillo y Christian Santana, y una cascada de hits que evidenciaron la fragilidad del pitcheo local. Rieleros intentó reaccionar con jonrones de Christian Villanueva y Orlando Martínez, pero la ofensiva fue insuficiente para maquillar otro fracaso.

Lo más preocupante es la repetición de los errores: un cuerpo de lanzadores incapaz de mantener ventajas, una defensiva que permite rallys escandalosos y una ofensiva que solo brilla cuando el juego ya está sentenciado. Por segundo juego consecutivo, el bullpen fue un desfile interminable de brazos sin control ni confianza.

Este jueves se cierra la serie ante Dorados. Pero más allá del resultado, lo que urge es una autocrítica profunda y acciones concretas para evitar que el 50 aniversario de la franquicia, sea una temporada de pesadilla.